“Oigo en mi corazón: buscad mi rostro”
Salmo 27 (26),8
A buen seguro, como todos, has recibido multitud de mensajes fantásticos para vivir este tiempo en casa. Cómo protegerse, cómo hacer las compras, cómo sacarse los guantes, cómo lavarse las manos, cómo organizarse en casa… Hay consejos para todo; y muchos son muy buenos. Pero hoy a mí me gustaría que no nos fijáramos tanto en qué hacer para sobrevivir sino qué sentido darle a nuestro vivir.
Vivir con propósito es necesario para estar bien. Dice uno de los apotegmas de los Padres del desierto que un día, un joven monje fue a ver a su abad para expresarle que se sentía triste, alicaído y desorientado. Y el abad le respondió: “Busca una meta”.
Puede que alguno se haya preguntado: ¿cómo afrontar los días en esta época de crisis? ¿Cómo puedo darle sentido a todo esto? Yo quiero simplemente hacer una aportación positiva para que nos lancemos a encontrar el sentido de nuestro vivir. De esta forma nuestros días y nuestras horas tendrán más sentido. Pero el trabajo es personal. Lo que no haga yo, en este caso, nadie lo va a hacer por mí. Qué bueno será que vivas con propósito.
El domingo, para muchos, es el día de descansar, levantarse tarde, salir, ver una película o el fútbol, preparar la semana… ¡Cómo han cambiado nuestros domingos, y nuestros días, verdad! Es bueno recordar que los dos pilares sobre los que, para un cristiano, se sustenta este día son: Dios y la familia. El Domingo es el Día del Señor, así que somos llamados a cuidar nuestra relación con Dios y nuestra relación con la familia. No tenemos que optar por uno u otro, Dios o la familia. No. Se trata de quedarse con los dos. Hoy nos recreamos en el primero y mañana, lo haremos con el segundo.
“Dentro de mi hay un manantial muy profundo. Y en ese manantial está Dios. A veces consigo dar con él, pero con mucha frecuencia está cubierto de piedras y arena. En ese momento Dios está oculto. Hace falta entonces descubrirlo de nuevo”. Etty Hillesum, joven judía holandesa deportada a Auschwitz, escribió esto en su Diario espiritual. Estas son palabras cristalinas que nos ayudan a descifrar la realidad y podernos encontrar con Dios. ¡Son tantas las encrucijadas en las que él nos espera! Esta joven nos recuerda la importancia de cuidar nuestra relación con Dios, aunque a veces haya días (hasta semanas) en que en el manantial se depositen restos y Dios queda tapado.
Para acabar os propongo que le preguntes a Dios ¿qué sentido tiene que tener todo esto, para mi? Es importante este “para mi”. Entonces: reza y escucha.
No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros.
¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!
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En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)
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