“No matarás”
Deuteronomio 5,17
Ver estos pies de la foto ha disparado en mí el tema del escrito de hoy. Ver esos piececitos ha despertado ternura en mí. Pero, a su vez, me ha recordado que debemos ser custodios de la vida. Ya no se trata de luchas de derechas e izquierdas, de ideologías que impongan sus programas electorales cuando llegan al poder, se trata del valor de la dignidad humana. Una sociedad que aprueba el aborto y la eutanasia está enferma, envenenada y herida de muerte.
Contemplando un pesebre a menudo sale esa expresión de: “¡Qué bonito!". Y ciertamente lo es. Pero debemos recordar que mañana 28 de diciembre celebraremos el día de los Santos Inocentes. En ese entonces, el rey Herodes, sin ninguna clase de escrúpulos, “mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores” (Mt 2,16). Y hoy, como entonces, hay esparcidos por el mundo, como veneno, muchos otros herodes de turno, que promueven o permiten el aborto. Me parece de mal gusto tener que escribir que matar está mal. Y matar a un niño peor aún. Y si alguno todavía se atreve a decir que “eso” que está en el vientre de una madre no es un niño, ¿entonces, qué es? ¿“Solo es un montón de células”, como dijo una ministra socialista de la época de Zapatero? Seamos serios y seamos humanos. Si los vientres fueran de cristal, opiniones muy distintas tendrían.
Veamos algunos datos muy relevantes. Con la primera célula el nuevo ser humano ya adopta su identidad genética. Con 8 semanas (1.000 millones de células) se activa el centro del dolor, en esa criatura. A las 14 semanas todas las estructuras de su cuerpo ya están formadas, sin embargo, en España este ser humano no tiene protección y es legal matarlo si lo pide la madre. Y un dato que me rompe el corazón: a los 18 días de la fertilización ya aparece el corazón del embrión.
Realmente da que pensar en lo que nos hemos convertido como sociedad. Hemos de reconocerlo: la nuestra es una sociedad enferma y decadente. Pero las sociedades que se deshumanizan necesitan de personas y grupos que se opongan a leyes injustas y antihumanas, que den la cara por los millones de personas asesinadas en el vientre de sus madres.
Defender la vida no es una opción, es un deber. Y esto no son slogans. Si alguien se atreviera a decir que no todo es tan fácil, le diría, si tiene hijos o sobrinos, que les mire a los ojos o los contemple jugar, y si tiraría para atrás en el tiempo para decir sí al aborto de ese ser tan querido.
Para acabar, esta semana te propongo que recemos el rosario y si no, al menos algún Ave María por las mujeres que están pensando en abortar: para que se decanten por el lado correcto, el de dar vida, el único que no solo salva una vida, sino las dos.
ATENCIÓN. Si cometiste un aborto y sientes dolor, ese dolor se puede sanar. Mándame un correo, si quieres, y hablamos con absoluta confidencialidad (santsadurni534@bisbatdeterrassa.org). Si estás pensando en abortar, yo y otras personas te ayudaremos. Hay personas que te van a apoyar y amar como si fueras de su propia familia. Estés donde estés, no lo dudes, buscaremos ayudarte.
Te pondré en contacto con el Centro de Orientación Familiar o algún centro de la zona donde estés. Están especializados en salvar las dos vidas y lo hacen con una delicadeza y cariño impresionante. Si es en mi zona, me comprometo a acompañarte e implicarme personalmente, poniéndote en contacto con gente de absoluta confianza, conocidos personalmente por mí. Vale la pena sanar las heridas y descansar en el Señor.
¡FELIZ NAVIDAD!
Y que Dios te siga bendiciendo. :)
P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.
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