“El Señor dijo a Moisés: prepárate y espérame”
Éxodo 34,2
Estábamos en Adviento, y con el grupo de jóvenes interparroquial teníamos catequesis. En el juego inicial, una de las chicas, universitaria, dijo que le gustaba mucho ese tiempo. Y nos dijo el porqué. Lo comparó a cuando uno prepara una fiesta de cumpleaños de alguien, que compra los regalos, la gente se organiza, todos colaboran. En definitiva, que a ella los tiempos de preparación le encantan, porque se genera una ilusión que va a más y que ayuda mucho a que cuando llega el día, se disfrute mucho. Nosotros, católicos, estamos en un tiempo de esos. Estamos llamados a que esta semana crezca nuestra expectativa para un día grande.
El domingo que viene es Corpus, fiesta importantísima para los católicos. A muchos seguramente les vienen a la cabeza las imágenes hermosas de calles engalanadas con alfombras de flores o balcones adornados -aunque este año no va a poder ser-. Pero, ¿por qué se hace todo eso en el día de Corpus? En verdad, el motivo no es cultural o artístico, o para unir al vecindario. Se hace porque Jesús mismo pasa por nuestras calles. Nosotros sabemos que Jesús se hace presente realmente en la Eucaristía. Y eso es fuerte, muy fuerte. Dios viene en cada Misa, y al reservar las formas consagradas en el Sagrario, Jesús se queda con nosotros, allí tenemos una presencia extraordinaria de Dios. Por eso, cuando quieras rezar, estés donde estés, oriéntate, como hacían los judíos, hacia el templo de Jerusalén; o los primeros cristianos, hacia las iglesias, y reza mirando a tu parroquia, sabiendo que allí está Jesús, el Dios-con-nosotros. Que resuene en nuestros corazones lo que le dijo el Señor a Moisés: “prepárate y espérame”.
Llevamos tres semanas pudiendo celebrar la Misa con pueblo. ¡Que gozada! Pero la gente ha estado 70 días sin poder celebrar el Día del Señor. A lo largo de esas diez semanas, para muchos, el ayuno ha sido como una travesía sin agua por el desierto. Pero, precisamente por ello, experimentamos la necesidad imperiosa de comulgar, de recibir a Jesús sacramentado. Así que el Corpus de este año 2020 debiera ser una gran fiesta. Que se note que los católicos vivimos una semana grande, de fiesta y que, como le pasa a Carlota, que tu ilusión vaya a más. Y cuando llegue el Domingo del Corpus, o cualquier Domingo, o Eucaristía, o Adoración al Santísimo, o tiempo de oración en la capilla o en casa, o donde sea... que sepas recogerte y estremecerte en Su presencia.
Para acabar te hago dos propuestas. Primera, que vengas a la Adoración y a la procesión que haremos en nuestra parroquia de Sant Sadurní, en Montornès del Vallès. Habrá Adoración de 19 a 20 h, con música, y después procesión por el recinto exterior. Y, si no vives aquí, entérate de cómo se celebrará esta fiesta del Corpus en tu parroquia. Segunda, pasearte por la sección de Pentecostés pinchando aquí. Encontrarás curiosidades sobre el Espíritu Santo (cosas que seguramente no sabías), música, un vídeo, una manualidad muy fácil y muy original, y una oración preciosa al Espíritu Santo digna de aprender de memoria. Entre todos, podemos vivir un nuevo Pentecostés en la Iglesia, en nuestra iglesia, en nuestras familias y cristianos. Y si te gusta la sección, ¡compártela! https://www.parroquiesmontornes.org/pentecosta
Y esta semana, digamos esta sencilla oración: JESÚS, AQUÍ ESTOY.
P. D.: Si te ha gustado el texto, dale al corazón que hay abajo a la derecha.
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