"Todo tiene su momento"
Eclesiástico 3,1
Hace pocos días estuve con unos amigos sacerdotes disfrutando de un día de descanso. Estábamos jugando y, en un momento dado, uno soltó una palabreja en griego que nunca había oído: eutrapelia. Le pregunté y me dijo que el primero que habla de ella es el filósofo griego Aristóteles. Podríamos definirla como el descanso sano. Como ingredientes de la eutrapelia podríamos poner: distensión, juego, humor, diversión, alegría y rectitud moral. Es una virtud muy divertida y necesaria...
Me encantó saber que descansar del trabajo intenso, se considera una virtud, la verdad...
Esa virtud quedó olvidada pero la rescató Santo Tomás de Aquino en la Edad Media. Él retomó la enseñanza de Aristóteles y la integró en la ética cristiana. De hecho, profundiza mucho en esta virtud, encuadrándola en “la filosofía y teología del juego y las diversiones”. Él argumenta que tanto la fatiga física como la fatiga espiritual se restauran con el descanso del cuerpo y con el reposo espiritual. La manera de descansar es a través de placeres apropiados, y en la Suma Teológica dice que es necesario usar los juegos y las fiestas que buscan reposo, para el descanso del alma.
Ciertamente tenemos la experiencia de que el trabajo, poco a poco va cargando y generando tensión, a veces hasta sin darnos cuenta. El paso siguiente a una tensión desmedida es el estrés, que nos desequilibra. Así pues, uno se puede ver afectado por un trabajo desbordante. Nos podemos llegar a sentir saturados, bloqueados y agotados, llegando a tener lo que se conoce como el síndrome del quemado. Uno puede pasar de, en principio, amar su trabajo, a estar harto; cuando uno siente eso, necesita parar y revisar qué y cómo está afrontándolo. Evidentemente, el trabajo desmedido pasa factura y nos afecta a todos los niveles: a nivel físico, psicológico y espiritual.
La buena noticia es que hay solución a todo esto. Ahora en verano podemos tratar de reposar. Y es que es justo descansar, porque si uno ha trabajado intensamente, lo normal es que esté cansado; si uno no estuviera cansado, mala señal. Entonces, con humildad y sabiduría, debemos hasta obligarnos a parar, a salir físicamente de nuestro hábitat. De hecho, la virtud de la eutrapelia nos hará volver mejor al trabajo, afrontarlo con buen ánimo, con el cuerpo, la mente y el espíritu renovados. Así que, ¡sé un buen eutrapela!
¿Cómo ser un buen eutrapela en estos días de vacaciones? En la web hemos creado la sección DE VACACIONES 2021 en español o en catalán, para que vuelvas a lo esencial.
Para acabar, esta semana te propongo echar un vistazo a la sección de la web para tomar alguna idea que te ayude a vivir la eutrapelia. Y, si quieres profundizar más sobre la virtud de la eutrapelia, te recomiendo leer este artículo de Catholic.net
Pa’lante...
¡Ánimo a todos!
Feliz verano y que Dios te siga bendiciendo. :)
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